
El amor desaparece tan pronto como aparece si no lo cuidamos, es un niño inocente que descubre la vida y a quién es preciso enseñar a andar, primero a gatas y luego al afianzarse el caminar hasta puede llegar a volar. La literatura lo ha puesto en un piedestal y entorno a este entrañable sentimiento, se escribieron obras llevadas a la pantalla que más de una lágrima nos robó. Llorar por amor es ya de por sí errar el tiro, tiene fecha de caducidad eso sí, aún así reviste matices que podemos apreciar si no tiramos la toalla a la primera de cambio.
Una relación de pareja se hace al andar en la misma dirección, a veces despacio y a veces con alguna revolución pasada de rosca, según la capacidad de tolerancia de los enamorados. A lo largo de las historias de amor, unas no salen del todo como quisieramos, es una aventura a la que convendría lanzarse con algún paracaídas que otro, ¿ es ciego ese sentimiento ó nos queremos tan poco que estamos dispuestas a implicarnos en una relación a la ligera ?
Una relación es algo serio, no significa que sea exenta de alegria, sólo que los sentimientos pueden llegar a ser una bomba de relojería cuyo tic tac, a todas luces debería avisarnos en cuanto lo advertimos, para remediar aquello que amenaza con naufragar.
A lo largo de mis escuchas mil, siempre con una caja de clinex a mano, he tratado de averiguar según los relatos donde radicaba el " error cometido " que acabó con la relación, pondría la falta de autoestima en primera plana, luego la convivencia, las exigencias, también los celos y la falta de honestidad por parte de uno de los dos y por último las mujeres tenemos la " santa " costumbre de pensar que vamos a cambiar a la pareja. Las personas cambian cuando su manera de ser les perjudica y son conscientes de ello, no cuando queremos que cambien, sobre todo si lo hacen por amor entonces sí que se trata de un sentimiento auténtico.
Mi amiga Ofelia paso por una experiencia traumatica y hoy está de nuevo enamorada, la aterroriza la idea de mantener esa relación, ayer me escribía que no merece ese amor y que tiene miedo a sufrir. Personalmente le diría que meta en el baúl de los recuerdos las secuelas de su anterior relación y viva el presente, cuidando ese sentimiento día a día y le enseñe a andar poquito a poco con esa dulzura y sensibilidad que le caracterizan y sobre todo sonriendo al futuro, tiene su alma todos los ingredientes para triunfar, creer en ese nuevo amor es aquello que le dará un éxito garantizado, el lenguaje del corazón le abrirá las puertas de la felicidad que ya le toca vivir, estando dispuesta a afrontar todo cuanto surja en el camino, con valentía y dando las gracias a Dios por tener nuevamente la oportunidad de compartir momentos felices y autenticos con la persona de su elección.
Amar es un estado de felicidad, mantenerlo es un arte y luchar para que ninguna situación lo empañe es un deber.
IRINA
1 comentario:
Como siempre has dado en el clavo : buen abanico analitico sobre las secuelas del desamor....
Sigue escibiendo pequeña...
Valcat
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