jueves, 8 de noviembre de 2007

EL CAMBIO, ESE ALIADO DEL TIEMPO


-" Tengo miedo, son los cambios "- , así me confiaba una joven amiga a punto de que su empresa cerrara por motivo de quiebra, es que vivimos tiempos difíciles, vender lo que se dice vender... como no sean artículos de primera necesidad, las empresas lo tienen crudo e imagino que la empresa de mi amiga pertenece al gremio de los artículos sumamente bonitos y también no del todo útiles.

Cuando se presenta un cambio a la vista no es sinónimo de alivio, abordo de nuestra nave de pseudo seguridad, la que nos quieren vender y de la que nos empapamos a diario a fin de mantener a rayas nuestros miedos, inventándonos un nido calentito al amparo de lo que pueda pasar en años venideros, si es que pasa... Nunca pasa nada, al final tan sólo es nuestra mente que rueda y rueda como una noria tratando de ubicarse en un lugar seguro e inamovible, cuando la vida es precisamente movimiento, rodar y rodar hace que nos pulamos cual guijarros de la mar, vapuleados por las corrientes de las olas a merced del viento y al final sin impurezas... lisos del todo.

Temor, sí que existe cuando nos resistimos al cambio, se sabe de sobra que resistirse es sufrir demorando el proceso de evolución del ser, nos resistimos a relacionarnos con los demás en ocasiones por las tormentas que suponen, nos resistimos a cambiar de trabajo por no volver a aprender, nos resistimos a amarnos, precisamente por no esforzarnos en conocernos. Aceptarnos y modificar aquellas pautas de conducta que nos son nefastas, en fin ese cumulo de resistencias a la larga nos zarandea cual Sunami, haciendo que nos ensimismemos y enfermemos, si todavía nos pasará como a las ostras, que al enfermar gestan una perla, aún así no es el caso, la enfermedad reviste formas distintas según las personas y repercuten en nuestra calidad de vida.

Abrirse e ir al frente de cuantas situaciones se nos presenten por controvertidas que nos las quiera disfrazar el " ego " es ganar la primera batalla y lograr una senda beneficiosa en el camino, por estrecha que sea al principio dicha senda, ayudas, las recibiremos al asomarse aquel valor bien escondido que se resiste a salir a la luz si no le damos un empujoncito, sí, ser valiente es salir al encuentro de lo incógnito, de aquel ó aquellos personajes, que moran en la sombra aletargados, esperando que un rayo de luz les despierte para ir a la conquista del enemigo : " los tigres de papel " que se desmoronaran para dar paso a un campo de girasoles alimentándose de la luz del Rey " SOL ". Ya estoy viendo como la luz se filtra por la selva mental de mi amiga CUKI, iluminando el bosque frondoso de sus innumerables capacidades, yendo al frente del " enemigo " cual ejercito a la conquista de la sombra, armándose de valor y en son de PAZ.
IRINA

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